lunes, 10 de enero de 2011

Hno. Luis Enrique
Hola queridos hermanos de La Iglesia de Dios. Escribo esto para que seamos sinceros; hay que estar bien con nuestro prójimo para estar bien con el Señor, ya que si alguno dice: “Yo amo a Dios” pero aborrece a su hermano es mentiroso. Ya que, el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿como puede amar a Dios a quien no ha visto? (1ra. Juan 4:20)
Nosotros tenemos el mandamiento que el que ama a Dios, ame a su hermano también. Debemos de amarnos de corazón no de labios ni de oídos ya que Dios no escucha tu oración si no te has reconciliado. ¿Cómo podrías tu orar enojado con tu hermano? Debemos ser fieles con el Señor; no solo ir a la iglesia cuando ocupemos de El o para pasar el tiempo. Por ejemplo, yo antes de creer en Dios y ser bautizado, iba a pasar el tiempo a la iglesia. Sin embargo, Dios me cambio, me limpio, y me salvo. Me saco del mal camino en el que yo andaba. Dios me ha ayudado con todos mis problemas y enfermedades; además de que ¡El murió por mí y por ti! Debemos serle fiel ya que “el poder del cristiano esta en la oración, el que ora constante vencerá en todo tiempo la tentación…” Solo hay dos caminos hermanos: EL DE LA MUERTE O EL DE LA CRUZ. Si tú aceptas el de la cruz, tendrás vida eterna, amor, y luz. “Hay que perdonar aquel que te ofendió y no guardar rencor, recuerda que el Señor nos perdono aun crucificado…” Por eso hermanos, hay que amar y perdonar de corazón, no de labios ni de oídos. Debemos hacer el bien y apartarnos del mal,… “haga el bien, busque la paz y sígala.” (1ra. Pedro 3:11) Así hermanos, me despido de ustedes no sin antes decirles nuevamente que debemos ser sinceros y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Dios les bendiga.
P.D. Recuerden lo que dice Juan 3:16 y 13:34.
 

No hay comentarios: